HUMILDAD, TRABAJO, ORGULLO

Charlie Carballo | Aficionado fiel
3 de Septiembre de 2014

Hace unas semanas me sorprendió bastante la noticia de que el nuevo club Balonmano Atlético Valladolid, en su primer día de la campaña de abonados, había llegado a la cifra de 640 personas. Y no porque no se esperase tras la despedida que dio la afición la temporada pasada al difunto BM Valladolid, sino porque en un solo día se superó el objetivo que tiene marcado el BM Aula Cultural como número total de socios para esta temporada. 




Está claro que el balonmano masculino tiene mucho más tirón que un equipo de chicas. He de reconocer que el año pasado yo tampoco conocía el balonmano femenino, pero me bastaron 3-4 partidos para enamorarme de su juego. Es cierto que un equipo compuesto por mujeres probablemente tenga menos fuerza que el balonmano masculino, pero eso no significa que la defensa sea menos intensa. Aún recuerdo un partido donde las jugadoras rivales todavía deben de estar pensando cómo penetrar en nuestra defensa. 




No es que defienda al equipo de chicas por encima del Balonmano Atlético Valladolid, que aunque todavía no nos hayamos abonado mi mujer y yo, lo haremos en los próximos días, pero sí que creo que un club que ascendió a la División de Honor Femenina, y que en su primer año en la máxima categoría consigue más que un meritorio séptimo puesto a base de lucha, garra, y sobre todo con una velocidad endiablada, no se le valora en su justa medida. Espero que la humildad no desaparezca, y que tengan claro que la base del éxito está en esa lucha y garra que demostraron la temporada pasada. 




A los jugadores del Balonmano Atlético Valladolid solamente los pido lo mismo, entrega y lucha. No ascender no me importa lo más mínimo porque ahora mismo creo que la diferencia entre la liga asobal y nuestra categoría es mínima. 




Parece que aunque solo han sido partidos de pre-temporada, hay que ser bastante optimistas con los dos equipos de balonmano de Valladolid, pues parece que el juego desplegado ha sido bueno, y digo parece porque yo no he podido asistir a ninguno de los encuentros disputados. Como se diría, mi mujer y yo tenemos en estos momentos varios frentes abiertos que por el momento no nos permiten dedicarnos al balonmano en exclusiva.     


En ambos casos, es de destacar el trabajo de la directiva de los dos clubes. 




En el caso del recién creado Balonmano Atlético Valladolid, por lo que supongo que exige poner en funcionamiento una entidad deportiva, y espero que jamás en la vida los futuros gestores del club me hagan vivir otra desaparición, pues pocas cosas me han causado tanto dolor en la vida. Sé también que la disolución del antiguo BM Valladolid ha provocado en algunos amigos una especie de repulsa hacia el balonmano probablemente por lo que ellos han dado por este deporte. 




En el caso del Bm Aula Cultural, porque es toda una demostración de como un club que se basa casi exclusivamente en la cantera consigue llegar a la cima del balonmano. 





Me sentiré más que orgulloso de formar parte de ambos clubes; solo pido a cambio que en los dos casos se viva la sensación de pertenecer a una familia, por encima incluso de los resultados. 



 

La ASOBAL tiene que replantearse toda su estructura si quiere seguir existiendo. Que actualmente solamente exista un equipo (el Barcelona) que opte a llevarse todos los títulos que se juegan en España no ayuda en absoluto. En los últimos años han desaparecido un montón de equipos. Ni que decir tiene que la principal culpa es de las directivas que han gestionado esos clubes, pero tengo una ligera idea de que en algunas ligas profesionales extranjeras, cuando un equipo ficha a algún jugador se le exigen garantías de que van a poder hacer frente a los pagos al jugador en cuestión, porque una de las cosas que peor llevo del BM Valladolid que tantas veces he defendido, es que con su disolución, muchos de los jugadores que se han dejado más que la piel en la pista por unos colores (y no quiero nombrar a nadie porque seguro que me olvidaría de alguno), han sido de los más perjudicados por el dinero que han dejado de cobrar.      




Espero también que la desaparición de un club de élite en nuestra ciudad nos haya servido a absolutamente todos los ciudadanos de Valladolid a valorar lo que se tiene en cada momento, sin necesidad de que la disolución sea efectiva para ser conscientes de lo que se pierde. Por ello, tanto a las entidades públicas como privadas, y a pesar de la crisis existente, los pediría que apoyen al deporte vallisoletano.   





Cuentan con lo que decía en el titular, humildad, trabajo, orgullo, y yo añadiría que mucha mucha ilusión. 





Además de los equipos de balonmano, suerte también al resto de conjuntos vallisoletanos. 





Pero sobre todo humildad, trabajo, orgullo!!!