LA MUJER CORREDORA Y EL EMBARAZO

Juan Carlos Granado | Entrenador de atletismo
22 de Enero de 2013

La actividad deportiva femenina, actualmente, está socialmente aceptada en la mayoría de los países. Las corredoras son diferentes a las no corredoras, hay una serie de características que la hacen ser diferentes con respecto a las no corredoras y a los hombres también. Aunque a veces nos sorprendan con la gran capacidad de resistencia que tienen y puedan hacernos pensar que en un futuro puedan superar en rendimiento a los hombres en pruebas de larga duración.

También están más predispuestas a factores de riesgo asociados al entrenamiento, como la amenorrea y patologías alimentarias. Pero sí es cierto que las mujeres con ciclos menstruales normales podrían entrenar de forma regular sin problemas.

Durante los embarazos sin complicaciones se recomiendan entrenamientos suaves o moderados, ya que existen cambios fisiológicos pronunciados durante el embarazo que inciden en el rendimiento. Estos cambios incluyen alteración en las concentraciones hormonales, sanguíneos, respiratorios, y fundamentalmente de aumento de peso, lo cual hace alterar la posición del centro de gravedad. El aumento promedio en el peso durante este período de embarazo es de aproximadamente 10 kg.

Es verdad que muchas mujeres quieren continuar sus rutinas de entrenamiento durante el embarazo. Hay estudios recientes que avalan esta afirmación y que sugieren que no hay una razón obligada por la cual no deberían hacerlo. Incluso estos estudios se inclinan en favor del ejercicio en embarazos no complicados, siendo beneficiarios tanto para la madre como el bebé.

Las respuestas fisiológicas al ejercicio de intensidad baja muestran como la frecuencia cardíaca y las respuestas metabólicas. Con la intensidad más alta de ejercicio, las mujeres embarazadas fueron capaces de ejercitar a una frecuencia cardíaca de 155-160 lat/ min. sin tener malestar excesivo, excepto fatiga muscular local en el tercer trimestre. Una más alta respuesta metabólica, comparadas a las mujeres no embarazadas, se debieron en gran parte al incremento en el peso corporal y los ajustes fisiológicos al embarazo, que son más aparentes en reposo.

También se detectó que a medida que progresaba el embarazo se notaba una tendencia general de incremento de la fatiga, disminución del vigor, actividad y amabilidad. Cuando se revisaron las respuestas fisiológicas, estas observaciones sugieren que no hay una razón forzosa para la inactividad durante el embarazo, y que los factores psicológicos pueden ser más que responsables de la declinación en la actividad habitual que usualmente está asociada con el embarazo.

Una investigación en el Hospital de la Universidad de Liverpool mostró que el ejercicio materno gradual durante el embarazo tiene un efecto favorable sobre el flujo sanguíneo del feto. Por los resultados preliminares, parece que el ejercicio podría mejorar la circulación fetal más que el reposo en cama, y puede llegar a ser beneficioso para el feto (Williams y cols., 1988 a). La conclusión de estas observaciones es que se debería recomendar el ejercicio en mujeres sanas con embarazos sin complicaciones.

Aunque también es verdad que hay varias actividades que no son aconsejables, y se debería evitar el ejercicio con el calor. Las corredoras que toman en serio el entrenamiento beberían reducirlo solo si sienten molestias debido a alteraciones en la marcha, y por el peso corporal extra a ser movido contra la gravedad. Los signos de peligro incluyen dolor, hemorragias, ruptura de membranas, y ausencia de movimientos fetales. Por supuesto, es difícil volver al entrenamiento serio debido a la alteración en los horarios de sumo, es necesaria una hidratación extra para la lactancia, etc.

A pesar de estas dificultades se han dado muchos casos de mujeres que retornan a la competición seria a los 6 meses después del parto, y algunas producen una mejor marca personal una vez que han formado su familia.

El vuelco masivo de las mujeres a las carreras populares es una evidencia de la popularidad de las cameras de mujeres y su relativa seguridad. La industria deportiva ha respondido a este mercado creciente diseñando zapatillas, sujetadores y textil específico para mujeres de una forma cómoda y eficiente.