Gonzalo Hernández
Gonzalo Hernández

LAS AYUDAS AL DEPORTE

Gonzalo Hernández Santamaría | Concejal Ayuntamiento Valladolid
13 de Diciembre de 2013

Dicen que las crisis económicas tienen algo de bueno porque en ellas se produce una limpieza  y desaparece todo aquello  que no es necesario dentro de nuestro sistema económico y social. El deporte no es ajeno a esta circunstancia y desde el comienzo de la crisis hemos podido ver como clubes de diferentes deportes y  categorías se han ido evaporando.

No debemos caer en el error de generalizar ya que cada circunstancia es distinta. Unos han caído porque el lastre que traían les hacía inviables en una situación como la actual y otros aún no teniendo lastre, en un ejercicio de responsabilidad, han preferido no generarlo.

Mientras todo iba bien en España, a nadie le faltaba y siempre había un patrocinador con el que poder ir salvando la situación. Pero ahora  que las empresas han tenido que ajustar sus gastos, las cosas han cambiado y parece que todo el mundo dirige sus miradas hacia las administraciones publicas esperando una solución.

Yo soy de los que creo que el papel de las administraciones públicas debe reducirse a las funciones más básicas que el Estado tiene encomendadas. Por ello creo que es el momento de las iniciativas individuales, es el momento de que cada uno se saque las castañas del fuego. Pero de la misma forma que pienso de este modo, también soy consciente de que eso no va pasar. Por ello reclamo un cambio en nuestra manera de pensar.

Entonces la pregunta que debemos contestarnos es: ¿Qué papel deben jugar las administraciones públicas dentro del deporte?

La Constitución Española sólo establece el deber a los poderes públicos de fomentar el deporte, junto con la educación sanitaria y la educación física. De modo que deben mantener una postura activa respecto al deporte. Y en estos años cada administración ha decidido  promocionar el deporte de distintas maneras.  Unos lo han hecho apoyando al deporte de elite, otros han apostado mayoritariamente por desarrollar el deporte recreativo y otros han apostado por el deporte en edad escolar.

No voy a entrar a valorar si apoyar el deporte de elite es mejor que apoyar el deporte recreativo o si el deporte en edad escolar  tiene  mayor importancia que otro. Pero lo que sí tengo claro es que si desde las administraciones públicas se van a destinar recursos para el fomento del deporte, estos deben dirigirse hacia aquellos que han demostrado ser capaces de gestionar con solvencia y eficacia.

Durante años las administraciones han destinado buen número de recursos con la finalidad de promocionar el deporte allí donde no lo había, o han apostado por ayudar a entidades teniendo en cuenta su nivel representativo. Pero nunca se ha tenido en cuenta la eficiencia de sus ayudas. Como dice el profesor Huerta Soto: ¡Hay ayudas que matan!

La situación económica que vivimos hace necesario ese cambió de mentalidad y las administraciones en un ejercicio de responsabilidad deberían establecer baremos objetivos con los que distribuir las ayudas que llegan al deporte. De la misma forma que en una carrera el que llega primero obtiene el oro, el que llega segundo la plata y quien llega el tercero obtiene el bronce. Los recursos procedentes de las administraciones deberían tener ese carácter de premio a la buena gestión y  a los resultados obtenidos. Premiar a quien no hace las cosas bien, sólo conduce a que siga haciéndolas  mal. Es el momento de dar la caña y no los peces.